Siendo "entrevistado" por Luis Eduardo Sevúlpeda, locutor del programa Conexión Latina que se emite en Swing FM, radio que sólo se puede coger en Elche en la 97.0 de la Frecuencia Modulada.
Yo y mi cara de gordo obeso con pelo de palmera que habla por un micrófono mirando a cámara.
El locutor leyendo mi tarjeta de presentación. Detrás mi anfitrión le puso algunos datos para que no se perdiera, el pobre hombre.
Mi sorpresa fue mucho más tarde, cuando volví a la Asociación y veo que todo el mundo me da la enhorabuena por hacerlo de puta madre en la radio, incluidos mis alumnos. Incluso me empezaron a preguntar cosas como "¿Cuánto cuesta un cómic?", "¿Tu nombre real es Marco Antonio Di Forelli?" o "¿Hay que pagar para ir a la charla?". Una sorpresa, a decir verdad, haber causado toda esa sensación con sólo decir un par de palabras en la radio.
Por la tarde estaba tan cansado que me fui a dormir sin comer nada de nada. Ya me despertó la chica a eso de las cinco menos cuarto, para merendar y terminar de una vez el PowerPoint de Spider-Man (POR FIN). Tras eso, salimos hacia una tetería llamada Adarve, situada en una de las zonas más antiguas de Elche, para tomarnos un batido de chocolate (muy rico, por cierto). Luego, y no sé ni como, terminamos atravesando un barrio de gitanos y llegamos a la otra punta de Elche, un lugar llamado Altabix. Tras pararnos un poco a tomar agua y a usar el baño de un bar (yo tengo muchísima resistencia para caminar, pero la chica no. Tengo la ventaja de que " Soy Gran Canaria y tengo más cuestas que prostitutas tiene Sardina" y, aparte, estoy bastante acostumbrado a darle a la pata) intentamos buscar una guagua que nos llevara a La Pasarela, lugar donde pasan todas las líneas de Elche. ¿Qué sucedió? Tuvimos tanta mala pata que cogimos una que no era y nos recorrimos toda la puta línea sin pasar por aquel sitio. No nos quedó otra que bajarnos, intentar coger otra guagua sin éxito y buscar algún bar para comernos un bocata de tortilla. Costó tres euros, pero tremendo bocadillo, con un pan de calidad y aceite de oliva. Bauticé al tamaño de la criatura "Forelli Size", debido a que iba acorde con mi tamaño.
Tras caminar por un sitio que parecía Beverly Hills por el tamaño y los lujos que las casas tenían allí, llegamos al bar de un amigo de mi anfitrión. Tras repostar más agua que un camello (lo normal, porque soy un maldito tonel de agua con patas) y pillarnos una picha de Telepicha, tiramos para casa en coche. Y desde entonces he estado redactando esta entrada.
Estoy reventado, son ya las tres y cinco de la mañana y debería descansar, pues mañana tengo la charla de Spider-Man. Les contaré cómo fue y, si tengo la suerte necesaria, lo grabaré y lo subiré (fotos por lo menos habrá). Deseenme suerte, si la tengo puede ser un gran paso para abrirme un caminillo profesional.
¡Seguiremos en contacto!
Puto Forelli ,haciéndose un nombre.
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