Forelli Rules Alicante: Día Catorce

12:26 am del Día Quince. Hoy por fin he encontrado una forma eficaz y cómoda para mí de dar clase: acompañado por la hija de mis anfitriones, a quien ellos temen por su mano de hierro y su dureza como maestra. Sí, es cierto que son diez niños y eso quema mucho, pero entre dos personas va todo mucho mejor. A la hora del almuerzo, me llevo la sorpresa de que un alumno al que sólo tuve una vez en clase me prestó dos cómics de una colección empezada que, al parecer, les regaló una amiga. Mira que he vivido situaciones aleatorias, pero esta es una de las más grandes que confirman la Teoría de la Realidad Forelliana: Lo que no me pasa a mí o lo que no le pase a nadie estando conmigo no le pasa a más nadie en el mundo.

Los cómics en cuestión son El poderoso Thor #24 y X-Men vol.4 #18. El de Thor está ahí ahí (Los cómics de Thor son buenos, pero siempre les falta algo). El de los X-Men aún no lo he leído.

Luego, como no tenía clase con los grandes (una no me tocaba y la otra lleva dos días sin venir a clase) me mandaron a vigilar a los niños en su excursión diaria. Íbamos para un museo, pero como estaba cerrado, es un coñazo y demás problemillas, los llevamos a jugar al que aquí llaman Parque de los Patos. Cosa curiosa la que pasó allí: Estaba paseando y mirando los detalles del parque. En esto que veo un árbol cambado a un lado mantenido por el tronco de otro árbol y que remonta para arriba, dándole así una forma fálica. En esto que hago la observación en voz alta ("Mira, un árbol en forma de polla", fue lo que dije) cuando de repente oigo la voz de un alumno mío partiéndose el culo de risa. Sí, era uno de mis alumnos más pequeños. No me di cuenta de que estaba escondido debajo del barco que estaba detrás mía. Se pegó riendo vete a saber cuánto tiempo, además de decírselo a todo el que pillara.

Por la tarde, después de comer, me puse a dormir un poco, cosa de una hora y algo, para seguir con el PowerPoint de Spider-Man... Cosa que no pude hacer satisfactoriamente, porque saltó una placa eléctrica del edificio y nos dejó sin luz, inhabilitándome la búsqueda de imágenes e información para el trabajo. Por tanto, nos fuimos a SpiderLand para pillar un chupachups de chocolate y un cómic de segunda mano bastante interesante al que le había echado el ojo hace bastante tiempo:

X-Men: la saga de Fénix Oscura de Chris Claremont, diversión y calidad aseguradas al cien por cien.

Aparte de eso, nos pegamos como una hora y pico hablando con Marcos y Fidel, ese dúo de vendedores que se merecen mucho más de lo que ahora tienen, una tienda mejor con más productos en vez de ese espacio tan estrecho y los tres o cuatro cómics que se pueden permitir. Después nos fuimos a dar una vuelta por Elche y, de paso, pegar un par de carteles que los chicos de SpiderLand no pudieron (llevar una tienda no es para nada fácil, y menos si tienes que ir de Alicante a Elche todos los días, tratar con proveedoras porculizadoras y un larguísimo etcétera). La chica se compró un par de peces y luego tiramos para casa. Desde que llegamos y luego de cenarme un bocata me he puesto a escribir las dos entradas que tenía atrasadas (ésta y la anterior). Mañana voy a la radio a anunciar la conferencia del sábado, intentaré grabar mi audio y sacarme alguna foto para que me vean y se partan el culo de mí.

¡Seguiremos en contacto!