Nadie sabe lo que la vida quiere
cuando sus designios otorga.
Entonces, ¿por qué, me maldigo,
me presenta a un ángel, tú?
Nunca conocí alma alguna
como la que en tí se aloja.
¿Por qué, me pregunto furioso,
no te conocí en otro tiempo?
Es la primera vez en mi vida
que siento algo tan bonito.
¿Por qué, digo con profundo pesar,
el destino se ríe en mi cara?
Lágrimas de honda tristeza
recorren mi maltrecho corazón.
Cuando la fe se restaura, otro
problema viene para desafiarla.
En cada lugar que paseo sólo,
en cada cómic que me sumerge,
en cada rincón de éste mundo...
Siempre estás tú, siempre tu sombra.
Olvidar es para debiluchos.
El olvido es una simple farsa
para enmascarar la realidad.
Los sentimientos siempre persisten.
No mereces que mi subconsciente
intente deshacerse de tu ser.
No mereces ser una víctima
de mi baúl de juguetes rotos.
Por tí movería toda montaña,
nadaría cinco océanos.
Saltaría cualquier barrera...
Mataría si fuese necesario.
Pero nada puedo hacer ahora.
Sólo sentar, esperar, contemplar.
La impotencia no se convertirá
en mi credo ni en mi rutina.
Así, pues, tragándome el dolor,
remendándome las heridas
y secándome sangrientos llantos,
Sigo caminando entre zarzas.
De entre todos los muros con
los que he chocado de últimas,
eres el más bello jamás hecho.
Se me acaban las palabras.
Mi tiempo llega a su fin...
Sólo te pido que no me olvides.
No hay comentarios:
Publicar un comentario