Hoy, no sé por qué, me siento nervioso y, además, angustiado. Puede que sea el hecho de que finalmente salí un día que iba a estar dedicado completamente a mi descanso personal tras varios días locos fuera de mi casa. Puede que sea porque he confirmado uno de mis mayores temores que creí que no eran ciertos durante el resto de éste año, y es que he perdido un par de facultades y habilidades importantes que antes tenía más que entrenadas. Puede que sea porque no me siento del todo feliz en la carrera que me encuentro ahora estudiando y quisiera poder pasar más tiempo leyendo y escribiendo para así poder sacar el guionista de cómics que llevo dentro. Las dudas me rodean y hoy me hacen sentir inseguro, impotente, pequeño. ¿Alguna vez he llegado a ser la persona que creo ser, o todo ha sido una simple mascarada de mi subconsciente? ¿Soy una persona que puede aportar algo nuevo, algo más al mundo o soy sólo una maldita hormiga más? ¿Es normal que, de buenas a primera, me entre una crisis así? No tengo ni idea, y por eso hoy quiero escribirle al mundo, en busca del consuelo que me ha ofrecido la escritura desde que tengo uso de razón. En serio, no sé qué haría sin ella.
19 años. 19 navidades de las que he sido testigo, ya sea activo o pasivo. ¿Es cierto acaso eso de que tiempos pretéritos siempre fueron mejores? Yo diría que no y me atrevería a afirmar que en éstas navidades soy mejor persona de la que lo fui en el 2013, pero no estoy seguro. Cuando era pequeño, esperaba éstas fechas con nerviosismo, ilusión y cariño, pues podía ver reunida a toda mi familia, tanto materna como paterna, durante éstas fechas. Ahora, sin embargo, y quitando el fallecimiento de mi abuela que tuvo lugar éste mismo año (Ninita, desde aquí te mando un grandísimo abrazo), las familias están distintas, más cambiadas, diferentes... Y rotas en algunos casos. ¿De verdad ha cambiado todo durante estos años, o simplemente estoy viendo las cosas como siempre fueron? ¿Es el hecho de crecer y madurar lo que hace que el mundo se vuelva más sucio y oscuro? Además, creo que me estoy atontando, embotando, como si mi inteligencia, antaño grande, estuviera siendo moldeada y recortada por terceras manos. ¿Es el sistema, con su método de manipulación de masas mediante el martilleo constante y el agotamiento de la psique humana, o soy yo que, al pasar de los años, me insensibilizo con respecto a los problemas del mundo y, por tanto, pierdo el interés por ellos? ¿Está mi potencial siendo desperdiciado o es que nunca lo tuve? Otra cosa que bien puede preocuparme es el amor. No se equivoquen, no me preocupa la falta de él, sino que, cuando de verdad me fijo en alguien, no sé qué hacer, y parece que todo lo que hago sale mal. De hecho, siempre he sido una persona que ha fallado en que no ha sabido actuar y que o se pasa o se queda corta. Ahora que estoy empezando a descubrir a una persona que me llama mucho la atención. ¿La cagaré si se lo digo? ¿Influirá el hecho de que tiene novio? ¿Tengo siquiera alguna posibilidad? Si el mundo me está mandando señales, que las diga más claro, pues no tengo ni puta idea de qué mierda está diciéndome.
Bueno, lo que quiero decir con toda ésta marabunta de preguntas y dudas internas escritas ahí es que Forelli aquí presente necesita reflexionar. Intentar buscar un camino para dirigir su vida y no para que se la dirijan. Intentar perfeccionar esas habilidades que ahora se me dan bien y volver a reforzar aquellas que han mermado por su desuso. Tomar las cosas con más calma e ir poco a poco. Sencilla y llanamente, tengo que volver a poner las cosas en su sitio, y espero que en 2015, con 20 años de existencia, pueda llevar un poco mejor éste caos autodestructivo que es la vida.
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