Estando yo malo durante estos días (Y aún a día de hoy tengo faringitis aguda), he tenido un poco de tiempo para surfear un poco en la red. Y como aún no tengo un disco duro, me he puesto a leer algunas noticias. Ésta entrada que están leyendo ahora mismo iba a versar sobre lo rápido que la gente se olvida a día de hoy de las noticias, pero Facebook me acaba de dar otro tema mucho más lamentable si cabe y sobre el que puedo soltar muchísima más mierda (Así mato dos pájaros de un tiro: denuncio esto y me aclaro la garganta).
Selfies. Ese nombre anglosajón que todo el planeta se empeña en darle a las fotos que se realiza uno mismo con cualquier dispositivo que permita obtener imágenes (Cámara de fotos, cámara de vídeo, teléfonos móviles, webcams, brazos cibernéticos...). No sé ustedes, pero aquí a eso se le ha llamado toda la vida un autorretrato. Pero bueno, el tema de los préstamos lingüísticos lo trataré en otro momento. La cosa es que a día de hoy este tipo de fotos se han puesto de moda gracias a las redes sociales (aunque en Tuenti se llevase practicando desde tiempos inmemoriales) y han derivado en muchas prácticas relacionadas con las mismas, a cada cuál más... peculiar. Sin embargo, últimamente se han traspasado unos límites. Hoy voy a exponer un ejemplo que a mí me mosquea bastante: Los chicos estadounidenses, llenos de toda la mierda clasista que tanto su sociedad como su educación les inculca, salen (De fiesta, a clase...) y se encuentran con un vagabundo. ¿Qué hacen? ¿Les dan limosna? ¿Pasan del pobre hombre y siguen su camino? ¿Les dan una paliza y lo graban? No, para ellos eso es muy año 2000 y, además, implicaría reconocer a los sintecho como personas. Ahora lo que "mola" es hacerse autorretratos ridiculizándolos.