Ojos marrones,
cabello de azabache.
Es la perfección.
¡Ah, me deslumbras!
Las perlas de tu boca
queman ya mi alma.
Oscuros libros
de traición y matanza
me guiaron a tí.
Me haces sufrir
sin saberlo siquiera,
como un veneno.
Tanto trabajar
no te deja respirar.
¿Vas a denunciar?
Negros látigos
despellejan mi mente.
Inquisidoras.
Con la mirada
a veces te desnudo.
¡Blanca perdición!
Mojo los dedos
en tu profunda selva.
Olor de dioses.
Quiero saborear
tus más profundas mieles
hasta saciarme.
Lengua con labios,
nuestra mente se aclara.
Moja la barba.
Amor y odio,
ambas por tí yo siento.
¡Qué contradicción!
No hay comentarios:
Publicar un comentario