Desde que estoy en la universidad, las cosas del instituto me han parecido poco más que un juego de niños. Vale, hace poco menos de dos años yo estaba allí, no debería estar dándomelas de viejo. Seamos sinceros, no obstante: la ESO es un paseo y Bachiller tampoco es un campo de minas que digamos. Hablo desde mi punto de vista, tuve la suerte de estudiar lo que más me gustaba y, por tanto, se me daba (ésta no es una entrada para discutir gilipolleces de ciencias contra letras, así que no alimentaré más al monstruo). No obstante, había algo que me parecía una soberana gilipollez incluso estando yo en el instituto, siendo un niño de 16 ó 17 años. Estaba por entonces en 2º de Bachiller, el último curso que se interponía entre la Universidad y yo. No habíamos pisado siquiera la clase el primer día de Septiembre y el dichoso término apareció: "PAU". Desde entonces, el bombardeo del que éramos víctimas a diario era, cuanto menos, molesto. Había PAU en los libros, en los folios, en las mesas. Había PAU en los baños, en el patio, en la cafetería. Cuando mordíamos nuestro bocadillo en el descanso, la mordida no sonaba a ¡ÑAM!, sonaba a ¡PAU!. Cuando un lápiz o un bolígrafo se caía al suelo, no se oía ¡CLING!, se oia ¡PAU!. Cuando un alumno se tiraba un pedo no sonaba PRRTZ, sonaba PAAAU. Tal fue la paliza que nos pegaron con el dichoso término de los cojones.
Para aquellos que hayan estado viviendo en una cueva o que fueran tan catetos para no pasar de la ESO, les comentaré que PAU no es la chica que vive dos calles más abajo, amiga de la Jenni y que se zumbó al Richard en la Rama de Agaete. PAU son las siglas de Prueba de Acceso a la Universidad, y no es más que una serie de exámenes a los que se someten los estudiantes de Bachiller que desean estudiar una carrera en cualquier Universidad del territorio español. La media de los resultados de éstas pruebas junto con la media de las notas finales de Bachiller dan como resultado las llamadas Notas de Corte y es la que delimita el acceso que tiene un alumno a las carreras que oferten las Universidades. A más alta la nota de corte, más carreras tendrá el alumno para elegir. Y si no te ha quedado claro con ésta breve explicación, te lo resumo en pocas palabras: un puto examen de mierda que para hacerlo tienes que pagar 80 euros y que no sólo es lo mismo que has dado durante todo el puto curso, sino que de él depende si entras a la carrera de tus sueños o no. ¿Les ha quedado claro ahora? ¿Sí? Genial, ahora seguimos adelante.
Muchas personas sufren ante la llegada de éste exámen. Durante todo el año se les hostiga con el tema hasta que su seguridad en sí mismos desaparece como ése tipo que te pide dinero prestado para hacerse una operación de cirugía estética. Y no es que sean personas que no estudian, nada más lejos de la realidad. Los que más sufren de éste fenómeno son aquellas personas estudiosas que se esfuerzan día a día para aprobar. Ante ésto digo: ¿De verdad es necesario, señores profesores? Una cosa es preparar a alguien y otra atosigarlo. Además, tanta insistencia no es necesaria si la preparación se lleva bien. Y no es porque a mí me dé la gana decirlo así, es que los exámenes de PAU son exactamente IGUALES que los que se hacen en clase. Ni más difíciles ni mas fáciles. Iguales. Cuando hice éstas pruebas hace ya dos años, lo que me encontré frente a mí cuando me pusieron la hoja frente a mí era exactamente lo mismo que dí en clase. No hay motivo, pues, por el que ponerse nervioso y mucho menos por el que joderle el año a los pobres chiquillos. Aunque bueno, ésto podría cambiar si las universidades se acogen a esa nueva medida de la LOMCE por la que cada Universidad tendrá su propia prueba de acceso en vez de hacerse de forma general...
Y eso me lleva a otro tema que me parece ridículo del examencito de las narices. ¿80 euros? ¿Por hacer cinco o siete exámenes de mierda que he estado haciendo durante todo el curso? Manda huevos, se supone que es un maldito servicio público. ¿No les parece suficiente que tengamos que gastarnos luego 800 euros anuales (si no más) en matrículas universitarias, tienen que empezar a pegarnos puñaladas al bolsillo desde tan temprano? Ah, claro, me olvidaba de que estamos gobernados por viejos fósiles de la era Francásica que buscan que sólo aquellos de su especie (es decir, aquellos con poder adquisitivo) tengan acceso a una educación a la que, además, está empezando a vérsele el rejo. Ya no interesa formar a personas que razonen por cuenta propia y marquen su propio camino. ¿Pero qué digo? Si eso nunca ha interesado. Ay, sistema, con cuánta buena gana te partiría la puta boca...
Bueno, chiquillos, un resumen de todo lo expuesto aqui sería que PAU es un puto examen de mierda que debería ser gratuito y al que no hay que tenerle miedo bajo ningún concepto. Como siempre digo, es un simple trozo de papel que debería tenerte miedo él a tí porque tú eres mas grande (a no ser que midas menos de 30 centímetros de alto, entonces me callo). Seguro que ya habrán visto que no fue para tanto, ¿verdad? Pues quiero que transmitan éste mensaje a las generaciones venideras. Acabemos de una vez con ésta mierda. Fuera el miedo, fuera los nervios. El mundo sigue, apruebes PAU o no. La vida no se acaba ahí. Es sólo un medio más por el que llegar a tu sueño, pero no el único. Que no te amargue nadie, y menos la burocracia de ésta mierda de país.
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