domingo, 14 de agosto de 2016

Mi primera experiencia como monologuista

Todos los que me conocen saben de mi gusto por contar chistes y gracias continuamente. Es algo inherente a mi ser que me viene por parte de mi padre y, a su vez, por parte de mi abuelo. También es sabido por ellos de mi gusto por el que es para mí el mejor humorista canario de todos los tiempos, don Manuel Vieira Montesdeoca, más conocido como Manolo Vieira. Tanto es así que llevo escuchando sus anécdotas desde mi más tierna infancia y lo sigo haciendo ahora, a mis ya 21 años recién cumplidos. Es por estas dos características de mi vida añadidas a mi gusto por la escritura creativa que desde parte de mi adolescencia quise hacer un monólogo. Esa meta, no obstante, siempre se vio comprometida por falta de tiempo o problemas personales, cuando no las dos juntas. Pero tuvo que llegar este año, 2016, el peor que he tenido en lo poco que llevo de vida adulta, para que se me abrieran las puertas y diese un paso adelante.

Nerea, la señora de Alex Sarman (sí, Sarman tiene novia, ha llovido mucho desde 2012) se enteró de que el Ayuntamiento de Guía celebraba el II Concurso de Monólogos de dicha localidad. De entre todos los presentes en dicho anuncio, fui yo el que vi ahí una oportunidad para volver a interpretar ante un público, esta vez por mi cuenta. Digo ésto porque en el pasado estuve en Teatro durante tres años (allí conocí a gente como Tachú, el Rasta o Andrei, entre otros muchos que no nombro por cuestiones de espacio) y hace ya un año escribí, dirigí e interpreté la obra Did they live happily ever after? en inglés y en la Universidad (está en proceso de traducción, espero acabarlo antes de irme a Gales), pero nunca había hecho nada yo solo. Al poco de conocer la noticia, escribí dos monólogos (Juventud, bolsas de basura y pantalones cortos y Pokémon GO es un plagio, pueden leerlos, descargarlos, modificarlos... Siempre y cuando reconozcan mi autoría) y los presenté a la organizadora. Pensando que no me admitirían por ser la primera vez que hago escritos de esta índole, me llevé una sorpresa cuando recibí la llamada que me confirmó que actuaría las noches del 4 y del 10 de Agosto del presente año. Al instante recibí el apoyo de aquellos que conocían la noticia, además de la voluntad de muchos de ellos de presenciar mis actuaciones, siendo los primeros mi madre y mi hermano Diego. Esto sin obviar al resto, quienes serán acreditados al final de esta entrada.

El primer monólogo que representé fue, precisamente, el primero que escribí de los dos. Para ello cogí varias ideas que he tenido siempre sobre las formas de peinar y vestir de los jóvenes (y con jóvenes me refiero a los adolescentes en su mayoría) y en decirlo como suelo yo decir las cosas normalmente: con gracia pero ruido, como cuando te pegan un golpe sordo en el tronco del oído. La actuación fue a las 22:00 del 4 de Agosto frente al Bar Cafetería La Piedra, y arropado con amigos, familiares y compañeros de clase, me dispuse a contar las locuras que tengo por la cabeza.


El segundo monólogo, en mi opinión, no me salió tan redondo como el anterior. No me lo pude preparar de forma tan concienzuda, la estructura era mucho más endeble, todo giraba en torno a dos chistes que se me habían ocurrido mientras navegaba por internet y arriesgaba demasiado por un humor que no es tan del gusto del público general como es el negro, aparte de trabarme mucho más que la semana anterior. Aunque entre mis amigos jóvenes y de gustos parecidos al mío arrasó, no lo hizo tanto entre los más mayores. A pesar de ello y de faltar a la cita algunas personas clave para mí, me gustó interpretarlo y ha dejado contento a mucha gente en Frango's a las 22:15.


Como era de esperar, no fui escogido como uno de los tres finalistas del concurso (eramos seis), por lo que no puedo optar por la recompensa económica de 300 euros que ofertaba el Ayuntamiento al ganador. No obstante, el dinero para mí era un objetivo más bien secundario y principalmente iba para pagar cosillas de mi estancia de Erasmus el año que viene y para un tatuaje que he querido hacerme desde hace un tiempo. Lo que quería era probarme, saber qué se sentía al estar uno sólo actuando y ejercitar mi escritura de una forma práctica. Es más, lo que de verdad lamento de no haber sido finalista es el no poder interpretar en el Hespérides, teatro al que le tengo bastante cariño por ser la casa donde representé mis últimas obras bajo la batuta de Mari Carmen Sánchez en mi estancia en Teatro. No obstante, esta noche iré a ver a los finalistas (Pedro Forteza, Efraín y Luisito Pérez) a dicho teatro junto con buenos amigos para pasarlo bien y, de paso, aprender de mis "rivales".

Tengo distintas hipótesis para explicarme el por qué no pasé de fase. La que más me convence es que, como dije antes, soy un "monologuista" novel sin experiencia ninguna y estoy bastante verde en muchos sentidos. No fui capaz de hacer un producto sólido en menos de 15 minutos, mi forma de interpretar no es tan llamativa como se cabría esperar, no hago un humor destinado al público general... Cosas que, en general, pienso que vienen más de la inexperiencia que de la ineptitud. Otra posible teoría es que mi estilo no es el preferido del público y del jurado por ser, precisamente, muy mío. Las malas lenguas dicen que puede ser precisamente porque un servidor no es natural de Santa María de Guía como si lo son el resto de participantes según esas mismas lenguas. De cualquier manera, no busco excusas para quedar bien sino puntos que reforzar para mis próximas obras. Me apunté para divertirme y divertir a los demás, cosa que sé de primera mano que conseguí, y me parece recompensa suficiente. Además, tengo más proyectos ahora mismo, en los que empezaré a trabajar a partir de éste mismo lunes con todas mis ganas.

Quiero agradecer a mi madre por ir a las actuaciones y tomarse la molestia de grabarme para poder subirlo a YouTube, a mi hermano por existir y darme el apoyo que solo un niño puede dar, a Nerea por avisarme del concurso, a Sarman, Andrei, Adrianca, Caslo, Painter, Víctor, Jose Luís, Iriome, Jacobo, Beatriz, Tachú y alguno que probablemente me esté olvidando por apoyarme desde el minuto uno y/o asistir a mis actuaciones, y en general a todos los que han hecho posible que esta experiencia haya sido maravillosa. Y por último quiero hacerle una pequeña dedicatoria a una persona que más pronto que tarde recibirá un homenaje en éste, mi blog:

Abuelo, me da pena no poder dedicarte una victoria, pues te mereces eso y más. Sólo espero que si existe un lugar donde las almas de los fallecidos obtienen un descanso eterno, estés al lado de abuela y ambos se sientan orgullosos de mí. No sé el resto de la familia, pero tu nieto no te olvida ni a ti ni a abuela.

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