Soy un ciudadano de un país que no escogí. Pertenezco a una raza que no elegí. ¿Por qué mostrarme orgulloso de algo que queda fuera de mi libre elección sin otro motivo que no sea el nacer en tal sitio o tener tal color de piel? Es algo que jamás entenderé. Y por no entender lo que los demás creen entender cuando realmente no es así, me llaman de todo: Paria, Antisocial, Perroflauta, Enemigo Público... ¿De verdad es algo tan malo defender tus propias ideas basadas en el conocimiento, la cultura y la igualdad para con todos? ¿A tanto ha llegado el control de los medios sobre las masas, que ahora son incapaces de pensar por ellos mismos y se dedican a repetir todo lo que la radio y la televisión escupen?
Me niego a caer. Me niego a creer en la gente que ha empobrecido al pueblo, arrebatándole sus pertenencias y sus ideas, ya sea con la excusa de complacer a un Dios que probablemente no exista o con la otra de cumplir la ley como buen ciudadano del sistema occidental capitalista. ¿Cuándo las ansias de libertad de George Washington y Benjamin Franklin se convirtieron en las ansias de enriquecerse a costa del pueblo como Bush? ¿Cuándo el castigado pueblo judío cambió las tornas y se convirtió en aquel que oprime a Palestina? ¿Cuándo, por la avaricia de unos, España se convirtió en el país más poderoso del mundo quitándole todo a Sudamérica? ¿Cuándo, por la avaricia de esos mismos, España volvió a la más estrepitosa ruina? Esas y otras muchas preguntas hacen que piense que el mundo lleva llorando desde hace mucho tiempo, pidiendo un cambio. La naturaleza exige que nos amemos más entre nosotros. El sentido común nos dice que si no lo hacemos, terminaremos mal, MUY mal.
La sociedad es un invento que los pocos que gobiernan para que no podamos percibir lo que realmente traman. Pero, ¡oh!, siempre subestiman al pueblo llano. No todos somos tontos. La cultura puede quitarte la venda que el estado te pone. Sólo es elección de uno mismo el elegir la pastilla azul y vivir la opresión o tomar la roja y luchar hasta la victoria. Yo decidí luchar, luchar por una gente que me odia y teme. Creo que si todos persiguiéramos una misma meta, la gente por fin nos entendería. La igualdad sería posible, y las diferencias serían cosas del pasado. La pobreza y el hambre pasarían a ser cosa del pasado, y la libertad sería lo que prima en nuestras vidas.
Pero eso, al fin y al cabo, es un sueño.
Un sueño que lucho por conseguir algún día.
Tío, estoy contigo. Simplemente hay que ser conscientes de que si todos, TODOS pensáramos igual y tuviéramos dos dedos de frente y supiésemos en lo que nos quiere convertir la sociedad, este mundo sin duda cambiaría a mejor pues nuestras ideas siempre tendrán fines bondadosos para nosotros y el resto del pueblo. La culpa no la tienen sólo los manipuladores, Marcos, la culpa yo se la doy en mayor parte a los manipulados que son cerrados de mente y que actuan como máquinas automáticas "hago esto porque esto es así y no hay nada mas que hacer". Cristian tiene razón, como dice Morgan Freeman(el doblador) en Fallout, "la guerra nunca cambia", pues no, es el ser humano el que nunca va a cambiar en la vida. Siempre querremos más y más Porque somos así, y con tal de querer más somos capaces de manipular y como ya el pueblo vive, convive con la manipulación, ya ni se dan cuenta de nada y hacen transcurrir sus vidas como ellos creen que debe transcurrir.
ResponderEliminarExacto, los de arriba tiene culpa de manipular, pero los de abajo tambien por dejarse.
EliminarEl problema de que esta sociedad este como está es el puto gobierno que nos trastorna nuestros ideales y principios. Si nos agarran por los huevos tenemos que vivir en base a lo que ellos quieren no a lo que nosotros queremos vivir.
ResponderEliminarEs una gran pena tener que vivir así, pero hay que mirar para adelante.
Muy buena entrada tío te felicito.
Muchas gracias, tío, por tomarte tu tiempo en leerla :D
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