A pesar de mi visión utópica de la vida y de lo que podría llegar a ser el mundo, he de admitir que la realidad a día de hoy pinta bastante negra. En un mundo marcado por el ansia de subir a la cima y el odio a lo desconocido o a aquello que nos hace daño, hay muchos que toman posturas radicales que no hacen mas que promover ese odio injustificado y muchas veces improcedente. Nos empeñamos en decir que los de tal raza son unos mentirosos traidores, o que el sexo opuesto es inferior al nuestro porque tiene miedo de nuestra superioridad. Alimentamos la desgracia repitiéndonos que la paz es una utopía y que no nos queda más remedio que ponernos en uno de los dos bandos. Y a todo esto, pienso: ¿Por qué no acabar con la distopía, dejar de ver lo contrario como una utopía y empezar a trabajar para hacerlo realidad? ¿Es que no podemos o, por otro lado, no queremos?
Voy a ponerles un poco en contexto: me gusta pensar de mí mismo que no me guío por prejuicios ni opiniones de terceros. Si hay alguien con ideas distintas a las mías, lo que me gusta hacer es hablar con ella, escucharla, intentar entenderla y ver cómo funciona su razonamiento. Eso no quiere decir que siempre lleguemos a un acuerdo, por muy pacífico y "anti-debate" que yo sea (demasiado de ambas cosas, añadiría). Si un razonamiento ataca, daña y humilla a otra persona o a un colectivo (da igual el que sea) con unos argumentos cuanto menos endebles y que caen por su propio peso, no esperes que respete tu idea. Por ponerte un ejemplo, no esperen que comparta una idea que defiende la inherente superioridad de un sexo frente al otro (apliquen ustedes el orden que más rabia les dé) por motivos como "los de tal sexo no pueden ser considerado como humanos por torpes, ya que al pasarse toda la historia metiendo mierda sobre el otro deja claro que todos son carencias" o "los de tal sexo somos superiores a los del otro porque en su condición está el ser inferior". No esperen que comparta tampoco un ideal de superioridad racial que intenta desprestigiar a otras razas con argumentos como "nuestra raza siempre ha estado envuelta en los mayores cambios de la historia y por tanto es la superior" o "tal suceso histórico no pasó porque la historia la escribió tal raza y todos los de tal raza mienten". Si se toman un tiempo y piensan éstos argumentos despacito y con lógica, verán que el viento de la razón hace que éste castillo de naipes sea fácilmente desmontado por los vientos.
Empecemos por lo básico y de ahí vayamos entrando en materia. No hay absolutamente nada que establezca que ningún sexo, etnia o raza sea superior o inferior a otra. No está escrito en los genes, los libros sagrados no son más que reflejos de la cultura de aquellos que los escribieron y ningún mal que se nos haya hecho legitima nuestro odio y nuestros aires de superioridad. No importa lo mucho que te hayan dañado, no importa lo mucho que te enfurezca, nada en éste mundo te da derecho a juzgar a los demás de esa forma. Es precisamente el odio, el intentar justificar de alguna forma que X gente merece ser despreciada y vejada, lo que hace que el mundo vaya tan de culo como va ahora mismo y que la gente piense que el bien es inalcanzable y que sólo podamos luchar por el mal menor. Pero yo digo que se puede hacer. ¿Cómo? Cambiando una de las partes del círculo vicioso del odio y la baja autoestima. Cambiemos el odio por el respeto, la ofensa por el diálogo, el prejuicio por el argumento y la distancia por el acercamiento. No hablo de que todos nos amemos a todos, hablo de que nos dejemos de gilipolleces y aprendamos a ser mejores personas. Nadie es mejor que nadie y ningún argumento (y menos sin fuente ninguna y con falacias a tutiplén) va a darte derecho a perjudicar a la gente. ¿Te quieres cabrear? Cabréate. Sólo es otra señal más de que tu ideología está basada en la furia y en el odio para hacerte sentir mejor porque te falta algo por dentro.
No conseguirás que me cabree contigo, no conseguirás convencerme de que tu postura es válida, no conseguirás que te preste atención siquiera más allá de cuando hablemos de ése tema. ¿Por qué? Porque mientras tú, nazi, fascista, comunista, machista, misándric@ (elige tu etiqueta o inclúyela si no está ahí puesta: _________), estás centrado en odiar y destruir, yo estoy centrado en respetar y crear. ¿Podemos hablar, compartir? Claro, porque yo miro y respeto a cada persona, incluso si no comparto sus ideas. Pero nunca, NUNCA permitiré que pases por encima no de mí, porque puedo con eso y más, sino de gente inocente que no ha hecho absolutamente nada para ser objetivo de tu amargura y dolor internos. Puedes ser mi amigo, mi pareja, la persona que más amo en el mundo, pero no voy a permitir semejante villanía. Los palestinos no merecen tu maltrato, ni los judíos, ni los hombres, ni las mujeres. Parafraseando a Morgan Freeman: "Usted no tiene homofobia, misoginia o misandria. Usted no tiene miedo. Usted es imbécil". Y me preguntarán: "Forelli, ¿a qué viene ésta entrada?". Pues simple: He estado investigando sobre y hablando con cierto tipo de gente y he estallado. Gente a la que quiero me lo ha hecho pasar mal no por sus opiniones, sino por su forma de comportarse ante mí y esa otra ingente cantidad de personas que son duramente juzgados por lo que han hecho unos que, a pesar de haber establecido una cultura, no habla por todos nosotros y menos implica que nuestros genes estén "sucios".
Como regalo de despedida, les invito a buscar por Google el concepto de "falacia" y varios ejemplos de ella. Verán que muchos de sus argumentos se basan en éstas insostenibles prácticas. Piensen fuera de la caja, vean más allá. Dejen de pagar sus problemas con los inocentes. Salgan de sus espirales de podredumbre y bajeza moral. Sean personas. Razonen, y verán que ser feliz con uno mismo y con el mundo no es tan difícil.
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