No hace falta conocerme de toda la vida para saber que soy una persona que, según la sociedad que nos rodea, es bastante rara. Es algo que he podido presenciar durante toda mi vida: en el colegio, en la calle, en el instituto... Algo que, gradualmente, ha dejado de preocuparme y/o importarme con el paso del tiempo. Sin embargo, y ahora que me encuentro de nuevo en la Universidad, me he dado cuenta de una cosa más. Y es que, al estar mi vida siempre centrada en mi Asperger y mis problemas, nunca me paré a pensar en ello realmente. Además, era un simple niño (con bastantes problemas, pero niño) y no me paraba a pensar en éstas cosas, pero uno se hace mayor y se para a pensar... Y efectivamente, me he dado cuenta de una cosa: Me cuesta muchísimo entender a la gente. ¿Por qué? No lo sé a ciencia cierta. Quizás influye tanto el hecho que sea Asperger como que siempre fui un negado para toda convención social que se precie (además, éstos conceptos van de la mano), pero no sabría decir completamente el por qué.
Es decir, siento como si me costara horrores tratar con las personas que no conozco tanto, como es el caso de mi clase en la Universidad. Y ustedes me dirán "Pero Forelli, pero si éste es tu segundo año en la carrera, ¿cómo es que estás empezando a tratar con ellos ahora?" Pues porque me cerré y aferré a los dos compañeros afines que tenía en clase (Néstor y Alejandro, un saludote si me están leyendo) y casi ni me relacioné con el resto de la clase. Ahora que se han ido y me he quitado varios pesos de encima, creo que es hora ya de que conozca a la gente. Es ahí cuando veo que aún se me escapan ciertas cosas. Por ejemplo, a veces no sé distinguir cuándo una persona está bromeando, habla en serio o se está riendo de uno (ésto me pasa con unas pocas personas nada más y con unas mucho más que con otras, pero lo cierto es que frustra una barbaridad). Otras veces siento como que algunos me tratan de forma distinta desde que saben según qué cosas de mí, incluso que algunas me tienen asco...Y bueno, en muchos de los casos o me llevo estupendamente con la gente o no nos cruzamos más que algunas palabras, pero se me hace bastante difícil entender a todas y cada una de las personas con las que trato día a día. Cierto es que cada persona es un mundo y que no siempre es posible compatir con todos, pero... La verdad es que a mí me cuesta muchísimo más que a cualquier otro. No obstante, no me voy a desanimar por eso. Simplemente sigo viviendo, como me diría una compañera, y que las cosas hagan lo que tengan que hacer.
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